- ¿Cómo dice, Doctor?
-¿Qué estar informado es malo?
...esperen, esperen a ahorcarme un minuto o
sirvanse escucharme antes de quemarme en la hoguera por hereje. Si después de
estas líneas no les he convencido, entonces les autorizo a que me desacrediten.
Esta reflexión me
viene rondando la cabeza desde hace más de tres años: en este tiempo he podido
observar cómo aumentaban las
consultas donde, principalmente, había
que dedicarse a desmontar mitos o afirmaciones sacadas de la red: que si he
leido en Internet que el Alzheimer lo provoca un gusano, que si te entra
Alzheimer por comer ternera o (juro que es verídico esto que les voy a contar)
que desde que a mi vecina le han puesto el audífono se le ha ido la demencia y
dicen que es por las ondas del aparato…en fin, un montón de afirmaciones y
preguntas, muchas de ellas respetables y logicas, salpicadas de otras
totalmente absurdas y sin sentido que, curiosamente, son las que más cuesta
derribar.
Conste que soy de
los que piensa que el desarrollo de Internet (o “la Red”) ha supuesto una
herramienta revolucionaria de información y que en temas de salud ha permitido
que la comunicación ntre presonal sanitario se disparara con enormes ventajas.
Por otro lado, también ha permitido que tanto pacientes como familiares tengan
acceso a información sobre aspectos de sus enfermedades (diagnóstico,
tratamiento, pronóstico) que antes ni soñarían tener…y eso no es malo, porque
obliga a que los profesionales tengamos que hacer un esfuerzo de actualización
permanente y a la mejora diaria.
Ahora bien, el
problema de la información es de donde se obtiene y como se interpreta. No hay
que olvidar que hay contenidos en la Red de dudosa credibilidad, que en
ocasiones además son difíciles de entender y eso lleva en ocasiones a ideas
falsas y preconcebidas que pueden suponer una angustia tremenda al paciente o a
la familia.
Si no me creen, les
pongo una historia a modo de ejemplo: un caballero del siglo diecisiete se
marchó de Londres para huir de la peste (y que así se muriera solo la gente no
pudiente) a su casa de campo, donde pasaría el resto de la estación viviendo
comodamente y sin preocupaciones, olvidándose de todo y de todos…si les cuento
que se pasaba todo el día caminando cerca de los árboles, dedicándose a la vida
contemplativa, mientras gente moría abrasada de peste, seguro que el personaje
en cuestión les cae ya un poco gordo, y seguro que muchos se alegrarían cuando
les dijera que, en uno de esos paseos, una fruta le golpeó en la cabeza y le
hizo bastante daño…pues resulta que esa persona se apellidaba Newton, y gracias
a aquello descubrió la ley de la gravedad…¿influye o no influye quien y cómo da
la información?.
Dr. Ángel Fernández
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