El calor puede ser causa de
cifras de tensión baja, lo que puede afectar tanto a personas diagnosticadas de
hipertensión arterial como a normotensos.
En el primer caso: personas sin
problemas previos con la tensión es importante la adecuada hidratación. Si se
produjera un mareo, cansancio y pesadez de cabeza (todo ello posibles síntomas
de hipotensión) se aconseja tumbarse, elevar un poco las piernas y si es
posible tomar algún alimento rico en sal (aceitunas, jamón serrano...)
En caso de que la hipotensión
la sufra una persona en tratamiento por hipertensión los consejos son los
mismos, pero además se aconseja que estos pacientes hagan un control más
exhaustivo de la tensión arterial ya que podría ser necesario un ajuste del
tratamiento.
Las personas con
hipotensión pueden experimentar cambios
que conviene conocer para evitar las posibles consecuencias negativas en su
salud. Por ello es importante saber que
la presión arterial no es tan estable como se suele pensar, sino que
experimenta variaciones frecuentes, por ejemplo entre el día y la noche, donde
puede haber un descenso del más del 10%.
La época del año también ejerce
una influencia importante debido al efecto vasodilatador del calor, ya que en
los meses de verano la presión arterial puede ser más baja que en los meses
fríos.
Por ello, si estamos en
tratamiento con fármacos para la hipertensión pero objetivamos cifras bajas de
tensión arterial, debemos consultar con nuestro médico.
PRINCIPALES SÍNTOMAS DE LA HIPOTENSIÓN
Un día de calor puede facilitar
el descenso brusco de la tensión arterial, cuadro conocido como hipotensión,
que genera algunos síntomas muy fáciles de identificar:
- Decaimiento
- Pesadez
- Vértigos, mareos y náuseas
- Sensación de agotamiento y
atontamiento
- Dificultad en la respiración
- Palpitaciones
- Rigidez en la zona de la nuca
CONSEJOS PARA MANTENER UNA TENSIÓN ÓPTIMA
- Comer de forma saludable.
Prestando especial atención a las frutas, verduras y pescados.
- Hidratarse convenientemente,
ingiriendo un mínimo de dos litros de agua al día.
- Evitar la sal.
- Ser constantes con el
tratamiento.
- Evitar el tabaco y consumo de
alcohol en exceso.
- Hacer ejercicio de forma
regular fuera de las horas donde el calor es elevado.
- No comer en exceso y evitar los
alimentos con mucha grasa.
Ante
cualquier duda, consulta con tu especialista. Estamos para ayudarte!
Dra.
Miriam Cimas. Medicina Interna.
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