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Etimológicamente la palabra “trabajo” deriva del latín tripalium que era una herramienta parecida a un cepo con
tres puntas o pies que se usaba inicialmente para sujetar caballos o bueyes y
así poder herrarlos. También se usaba como instrumento de tortura para castigar
a esclavos o reos. De ahí que tripaliare signifique:
tortura, atormentar, causar dolor.
Durante la mayor parte de la Historia de la Civilización el
trabajo fue considerado como una actividad despreciable. En la Biblia, el
trabajo aparece como algo costoso después de que Adán y Eva perdieran el paraíso, Dios le
dijo al hombre (Génesis, Cap.3): «Por haber escuchado la voz de tu mujer y
comido del árbol del que yo te había prohibido comer, maldito sea el suelo por
tu causa: con fatiga sacarás de él el alimento todos los días de tu vida.
Espinas y abrojos te producirá, y comerás la hierba del campo. Con el sudor de
tu rostro comerás el pan, hasta que vuelvas al suelo, pues de él fuiste tomado. Porque eres polvo y al polvo tornarás.»
Para la civilización griega el
trabajo era altamente desvalorizado, ya que consideraban que limitaba la
libertad individual. El griego pensaba que el trabajo estaba reservado a los
esclavos, que debían cumplir una función productiva. Los ciudadanos no veían a
los esclavos como sujetos pensantes, sino como una cosa, a lo sumo una fuerza.
Según Platón debía restringirse la participación política a esclavos,
comerciantes y artesanos.
Los romanos hicieron una importante
contribución al desarrollo del concepto de trabajo. No tenía mucha diferencia
con el pensamiento griego pero tuvieron presente la tradición jurídica. La
diferencia con respecto a los griegos estaba marcada porque había dueños de
esclavos pero se podían alquilar, y fue cuando surgió la figura de
arrendamiento a terceros, o sea que se contrataba la fuerza de trabajo, dando
lugar a que finalizado el mismo, el esclavo volvía a su dueño.
En la Edad Media la población se
encontraba mayoritariamente en zona rural, no había esclavos, la mano de obra
era campesina. Esta época estuvo marcada por el impacto del dinero. El comercio
adquiere importancia, aunque generalmente fue regional, su crecimiento dio
lugar a la apropiación de excedentes por parte del señor feudal, crecen las
ciudades o Burgos.
Más tarde, en el Renacimiento (siglos XV y XVI), época de transición entre la Edad
Medía y la Edad moderna, aparece el
“empresario” y surge el capitalismo, sobre todo industrial, pierde
competitividad el artesano y el trabajo pasa a ser factor de producción,
comienza el periodo de los sindicatos. Posteriormente, a finales del siglo
XVIII y principios del XIX surgen los sindicatos,
como respuesta de los trabajadores a los efectos más perniciosos de la
industrialización.
La salud es definida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como“un estado de bienestar físico, mental y social completo y no meramente la ausencia de daño y enfermedad”. Que el trabajo tiene una serie de riesgos y que traen consigo una ruptura de la salud a través de accidentes y enfermedades, es sabido desde el principio de los tiempos, siendo una preocupación de las mismas, pero no es hasta el siglo XVII cuando realmente aparece la Medicina del Trabajo, considerando como padre de la misma a Bernardino Ramazzini, que con su obra “Las Enfermedades de los Obreros”, incorpora un enfoque preventivo y de diagnóstico en las enfermedades derivadas del trabajo.
A medida que ha pasado el tiempo, la sociedad no ha asumido de la misma forma que antes la presencia de determinados riesgos en el trabajo, y se demandan mejoras en las condiciones en las que se realiza dicho trabajo.
Ante la inseguridad de los trabajadores en la realización de sus diferentes
trabajos y con el objetivo de promover la paz social, al finalizar la 1ª Guerra
Mundial se firma el Tratado de Versalles (1919), naciendo la etapa social de la
medicina laboral y creándose un organismo que se ocupe de los asuntos relativos
al trabajo y las relaciones laborales, y es así como nace la Organización Internacional del Trabajo
(OIT), fundada el 11 de abril de 2019, con sede central en Ginebra (Suiza).
Tiene un gobierno tripartito, formado por representantes de los gobiernos que lo componen, de los sindicatos y de los empleadores. Su órgano supremo, es la Conferencia Internacional del Trabajo, que se reúne anualmente en junio, y su órgano ejecutivo es el Consejo de Administración que se reúne cada cuatro meses.
La OIT sanciona convenios internacionales y recomendaciones.
Ambos requieren una mayoría de dos tercios para ser aprobadas por la
Conferencia Internacional. Los convenios internacionales constituyen tratados internacionales obligatorios para sus
miembros una vez ratificados, en tanto que las recomendaciones, no son
obligatorias, no son ratificados por los Estados miembros y constituyen
sugerencias a los países para ir progresando en las relaciones laborales. La salud, la seguridad laboral y la seguridad social son
asuntos prioritarios regulados por varios Convenios.
En 2003, la OIT adoptó un plan de acción para la
seguridad y la salud en el trabajo, que incluía la introducción de una cultura
de la seguridad y la salud preventivas, la promoción y el desarrollo de
instrumentos pertinentes, y la asistencia técnica, involucrándose en la campaña
del 28 de abril a petición del movimiento sindical.
El 28 de abril celebra el movimiento sindical desde 1996, el Día Internacional de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, qué mejor ocasión para honrar a los trabajadores heridos y fallecidos, valoramos y celebramos que estas lesiones y muertes pueden prevenirse y reducirse, haciendo que este día sea un acontecimiento tanto de conmemoración como de celebración, por lo que desde 2003, este 28 de abril la OIT celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
El 28 de abril celebra el movimiento sindical desde 1996, el Día Internacional de los Trabajadores Fallecidos y Heridos, qué mejor ocasión para honrar a los trabajadores heridos y fallecidos, valoramos y celebramos que estas lesiones y muertes pueden prevenirse y reducirse, haciendo que este día sea un acontecimiento tanto de conmemoración como de celebración, por lo que desde 2003, este 28 de abril la OIT celebra el Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo.
La
campaña de la OIT del Día Mundial de la Seguridad y la Salud en el Trabajo para
2017 se centra en la necesidad fundamental de los países de mejorar su
capacidad para recopilar y utilizar datos fiables sobre seguridad y salud en el
trabajo (SST), preparándose fichas informativas con objeto sensibilizar y
apoyar a los países a optimizar la recopilación y la utilización de los datos
sobre seguridad y salud en el trabajo (SST),y en particular, sobre la
prevención de los accidentes del trabajo y las enfermedades profesionales.
Dr.
Conrado Ruiz
Medicina
del Trabajo Hospital de la Reina
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